Me enseñaron a actuar cuando tenga todo asimilado, y eso hago. No es lo único que he tenido en cuenta, ya que, siempre he seguido mis metas viendo el lado positivo y el negativo de las cosas, sin ser optimista, pero sin tener la confianza por los suelos. He sabido distinguir lo que me conviene de lo que no, pero en un momento llegó alguien que rompió mis esquemas, que supo reaccionar ante cualquier situación en la que yo no sabía qué hacer, cómo seguir. Sabía hacerme feliz, porque sólo con estar conmigo lo era. Desde entonces no ha habido nadie capaz de guiarme, capaz de decirme qué hacer o con quien estar, no he sido capaz de evadirme, de olvidar el mundo por un momento y pensar en mí, porque en lo único en lo que pensaba, era en él.
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